Recorren las plazas y parques porteños e intentan que todo se mantenga en armonía y convivencia. Que los perros ocupen el canil, que las hamacas estén aceitadas o que ninguna rama de árbol esté a punto de caer luego de una tormenta. Los viejos guardianes de plaza de la década del 80 que atemorizaban a los niños y hasta secuestraban alguna pelota de fútbol, se convirtieron en los actuales 595 guardaparques porteños. Este 27 de febrero celebran su día en la Ciudad.
En sus funciones como servidores públicos y guardianes del espacio verde, permanecen en comunicación permanente con el Sistema Integral de Seguridad y trabajan en red con el resto de las fuerzas de seguridad para que estos concurridos espacios sean ámbitos seguros, amigables y accesibles para los ciudadanos.
La Subsecretaría de Gestión Comunal quien coordina junto a las quince comunas el funcionamiento de este servicio, elaboró un Manual de Guardaparques que determina responsabilidades, objetivos y funciones específicas para el adecuado desempeño de los cuidadores en el espacio público.
• Promover y concientizar sobre las reglas del buen uso y cuidado del espacio verde.
• Observar, evaluar, documentar y reportar el estado del espacio verde que se encuentre bajo su supervisión.
• Ordenar el cese inmediato de actividades prohibidas y/o solicitar el auxilio de la fuerza pública en el caso de comprobarse una contravención, delito o toda vez que ello resulte necesario.
• Facilitar el acceso y disfrute de los vecinos con movilidad reducida en el espacio verde.
• Velar por la buena convivencia entre los vecinos.
• Ser el nexo entre el Gobierno de la Ciudad y los vecinos en el espacio verde.
• Colaborar de manera activa con la red de agentes en calle.
• Actuar como anfitrión para orientar al vecino durante su estadía en el espacio verde.
• Comunicar las acciones de Gobierno desarrolladas en los espacios verdes de la Ciudad.
• Comprobar el estado de instalaciones, infraestructura, elementos funcionales y mobiliario dentro de la plaza.
• Examinar que no haya elementos que atenten a la integridad física del vecino, como rejas y/o luminarias en mal estado, cables expuestos o ramas en peligro de caída (priorizando las que se encuentren cerca de los patios de juegos).
• Verificar la limpieza del espacio verde: la higiene en los patios de juegos, el aseo en los caniles, el vaciado de cestos de residuos y la concentración elevada de hojas y/o basura en el suelo.
• Recorrer de manera activa el espacio verde durante la jornada laboral.
Los agentes están equipados con botiquín de primeros auxilios y disponen de un silbato, herramienta que funciona como mecanismo de alerta ante emergencias, situaciones de riesgo, faltas y contravenciones. Es un instrumento que disuade de conductas o acciones erradas pero que solo puede ser utilizado cuando la distancia física entre el vecino y el agente es superior a 20 metros y siempre que no se pueda sustituir por la voz humana.