La pareja residió en un departamento ubicado en la calle O’ Higgins, hasta el año pasado, cuando voló a Alemania y en diciembre fueron detenidos en Eslovenia
Para sus vecinos, estos dos espías conformaban una pareja agradable y normal que había llegado a Europa cansada de la inseguridad de Buenos Aires y en busca de un futuro mejor para sus dos pequeños hijos. Sin embargo, la Policía de Eslovenia sospecha que eran algo más que eso y por eso en diciembre del año pasado los detuvo.
Recientemente, la ministra de Relaciones Exteriores eslovena, Tanja Fajon, le puso palabras a esas sospechas: Mayer Muños y Gisch no eran quienes aparentaban ser, sino espías rusos de elite asignados por el régimen de Vladimir Putin a diversas tareas de inteligencia.
Hubo un dato vinculado al caso que encendió alarmas en distintas oficinas de la Argentina: en el momento de ser detenidos, los espías portaban pasaportes argentinos. Si bien es normal que los espías utilicen documentación falsa incluso de países que nunca visitaron en su vida, este no parece ser el caso. De acuerdo a investigaciones preliminares hay dos ciudadanos registrados con las mismas identidades de los agentes rusos detenidos que efectivamente vivieron en la Argentina, tuvieron hijos y tramitaron documentos.
Una reconstrucción realizada a partir de datos registrados en bases comerciales y declaraciones de los vecinos que convivieron con la pareja en el país permitió establecer que María Rosa Mayer Muños y Ludwig Gisch vivieron varios años en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en nuestra comuna 13 en Belgrano, en un departamento ubicado en la calle O’ Higgins.
Los dos hijos son efectivamente una niña y un niño, hijos de Mayer Muños y Gisch que nacieron en la Argentina en junio de 2013 y agosto de 2015 y cuyos nombres se reservan en esta nota porque son menores de edad. Los chicos tienen documentos argentinos y fueron la clave para que sus papás pudieran acceder a pasaportes emitidos por el Registro Nacional de las Personas (Renaper).
En Eslovenia, Mayer Muños abrió una galería de arte en internet, mientras que Gisch dirigía una startup informática. Así camuflaron los verdaderos motivos por los cuales habían llegado a Europa hasta que el año pasado una fuente anónima alertó a las autoridades eslovenas sobre su presencia.
En Buenos Aires también registraron actividades comerciales: Ludwig se inscribió como monotributista en la AFIP en 2012, dedicado a “Servicios de Informática”, “servicios de programación”, “consultoría informática y actividades conexas”, con domicilio fiscal en otro inmueble del barrio de Belgrano. Luego cambió de régimen y pasó a ser Responsable Inscripto. Mayer Muños se dio de alta en el organismo fiscal en mayo de 2014.
La pareja y sus hijos vieron por última vez el cielo de Buenos Aires hace casi un año, el 5 de marzo de 2022. Ése día abordaron un avión de la compañía Lufthansa rumbo Alemania, parada previa al desembarco en Eslovenia. Se cree que eligieron esa nación porque cuenta con un entorno de contrainteligencia más débil que el de muchas otras naciones europeas. Además, está situado dentro de la zona de libre circulación Schengen, lo que lo hace una base perfecta para que la pareja pudiera viajar por la mayor parte de Europa sin controles fronterizos.