Desde hoy aumentan los colectivos y el subte

La tarifa del subte a casi $ 1.000.-
La subas serán del 3,5% en los transportes de la Ciudad y el GBA

Este martes nos trae un nuevo ajuste en el transporte público del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA). Los colectivos, el subte y los peajes aplican aumentos que, aunque previstos, profundizan el desgaste del bolsillo de los usuarios en un contexto económico cada vez más delicado.

Los boletos de colectivos en la Ciudad pasarán de $472,17 a $488,70, mientras que en la Provincia subirán de $472,91 a $489,61. Por su parte, el subte símbolo del encarecimiento acelerado del transporte porteño pasará a costar $996 por viaje, rozando la barrera psicológica de los $1.000. A esto se suman los peajes: en hora pico, las autopistas Perito Moreno y 25 de Mayo aumentarán de $3.908,87 a $4.045,68, y la Illia de $1.625,06 a $1.681,94.

Este esquema de subas automáticas, implementado desde marzo por las autoridades de Ciudad y Provincia, contempla un aumento del 2% mensual más el Índice de Precios al Consumidor (IPC). Como la inflación de mayo fue del 1,5%, el incremento acumulado para este mes será del 3,5%.

Aunque el argumento oficial insiste en la necesidad de “actualizar tarifas”, lo cierto es que las alzas sostenidas se dan en un contexto donde los salarios corren muy por detrás de la inflación, y el acceso al transporte se vuelve cada vez más restrictivo. Cabe recordar que tanto Ciudad como Provincia ya habían aplicado un 10% de aumento en febrero, inaugurando una escalada que no da señales de detenerse.

En paralelo, la situación tarifaria evidencia profundas desigualdades. Las 103 líneas nacionales, que se mantuvieron congeladas desde agosto del año pasado, comenzaron a actualizarse recién el 18 de junio, con un boleto que subió a $424,91 y volverá a aumentar a $451,01 el próximo 16 de julio. Mientras tanto, en el conurbano conviven 250 líneas provinciales o municipales, con boletos ya ajustados mes a mes. La Ciudad, por su parte, controla otras 31.

La disparidad se vuelve aún más evidente al comparar con el subte, que cuesta más del doble que un colectivo, incluso luego de los aumentos nacionales. A pesar de las decisiones del gobierno nacional de postergar subas para no impactar en las estadísticas de inflación, el desfase persiste y castiga, sobre todo, a los usuarios que dependen de más de un medio de transporte para llegar a destino.

Lejos de brindar soluciones estructurales o mejoras palpables en el servicio, la política de aumentos se consolida como una transferencia de carga económica al ciudadano, que día a día debe hacer frente a un sistema cada vez más caro y desarticulado.

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